Sueños de migrantes vascos-franceses, italianos, españoles, alemanes, arribaron a Uruguay a partir de la segunda mitad del S XIX con el ánimo de empezar una nueva vida y una forma de autosustentarse. Con ese espíritu algunos optaron por trabajar la tierra e introdujeron distintas cepas de vid que dieron nacimiento a un país vitivinícola diverso. Fruto de su labor y arte transformaron la uva en el milagro del vino.
La primera plantación de vid documentada en la Banda Oriental del Río Uruguay data del 12 de diciembre de 1774 y corresponde al viñedo de los Padres Jesuitas (Calera de las Huérfanas) que contaba con 1.500 cepas. Más tarde, a Pascual Harriague se lo considera el padre de la cepa Tannat, pero puede decirse que Uruguay es un paraíso vitivinícola, con diferentes bodegas para recorrer de norte a sur y de este a oeste. De hecho los vinos y bodegas nacionales se destacan por su calidad en el mundo.
Hoy el Enoturismo comprende actividades relacionadas con el vino y su cultura, acercando al visitante a las zonas de producción, pero no se limita a conocer el vino, sino los secretos que se guardan en su proceso de elaboración, en su historia, su cultura y su gente.
A grandes rasgos las regiones vitícolas de nuestro país son diferentes y bien definidas: Litoral Norte, Litoral Sur, Metropolitana y Oceánica. De paisaje diverso y características únicas determinan resultados y sabores distintos: costas de ríos y oceánicas, serranías y amplios campos verdes, donde el suelo va tomando diferentes matices pasando de suelos rústicos y pedregosos de buen drenaje, a suelos más profundos, más finos y más livianos. ¡Descubrí cuál es tu sabor y bodega que te identifican!